sábado, 4 de junio de 2016

A veces, Siempre





A lo mejor no sé quién soy ni a dónde voy, pero quizás basta con saber de dónde vengo y lo que no quiero.

Entiendo que la vida es experimentar: hacer ese viaje, llamar a esa persona, lanzarte a aquella aventura, probar ese nuevo deporte, decir sí a ese absurdo reto, dejar ese trabajo, aceptar aquel otro que ni imaginabas, visitar ese restaurante, probar ese nuevo sabor, crear esa textura, intentar escribir e ¡incluso conseguirlo!, hacer un intento de lo que podría ser un cuadro. Hacer ejercicio, dejar de hacerlo y volver a retomarlo. Comer sano y zamparte ese lado con extra de chocolate. Leerte ese libro, comprarte ese vestido caro, hacer ese regalo...decir “Sí, Voy”, “Si, Vamos”.

Todas esas cosas que realmente, y por más que intentes convencerte de lo contrario, sabes que no son cuestión de dinero ni de tiempo, sino de tener el valor de arriesgarte y “echarle huevos”.

Y es que a veces, no se trata de ir entrando sino más bien de ir saliendo;
No se trata de concentrarte, sino de dispersarte; De despeinarte y no arreglarte.
A veces no hace falta saber que hora es, ni que va a pasar más tarde.
A veces es sólo cuestión de seguir tu voz interior ciegamente, como si la tocaras, como si la vieras.
A veces un simple “No” basta, sin más explicaciones que no se piden o no son necesarias.
A veces sólo has de aguantar la mirada.
A veces no son los kilos que te sobran, sino el coraje que te falta.
Casi nunca eres tú, sino yo, enredada en mis telarañas.
A veces es silencio lo que me sobra y otras, lo que me falta,
Pues suelo hablar de más, pero pocas veces cuando hace falta.
A veces es el globo que sueltas, otras la piedra que tiras;
A veces las lágrimas que derramas, otras ese aire que inspiras.

Siempre habrá un modo de preocuparse y priorizar lo negativo,
Y si quieres, sólo si quieres, habrá otro para celebrar constantemente que estás vivo.


A veces, SIEMPRE es sólo tu veredicto.

MoniK

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